Para comenzar, quiero decir que todos nos hemos
estresado en algún momento; incluso la persona más equilibrada,
tranquila, madura y optimista; el estrés es un estado mental más común de lo
que podemos imaginar.
Esta situación afecta a miles de personas en el
mundo, sin importar si somos cristianos, profesionales, coach de vida,
psicólogos o estudiantes de yoga, todos hemos sucumbido ante el estrés.
En estos tiempos de cuarentena, en que la rutina,
las noticias, las peleas de los niños o los problemas económicos ocupan gran
parte de nuestros pensamientos, es muy importante aprender a manejar el estrés,
ya que de no hacerlo corremos el riesgo de convertir nuestro hogar en un campo
de batalla.
QUE ES EL ESTRÉS
En mi opinión, y sin ánimo de parecer fanático
religioso, es la falta de confianza en Dios.
Me explico mejor…el estrés es una sensación terrible
de malestar emocional que muchas veces se convierte en un problema para nuestra
salud física.
Cuando estamos estresados nuestro cuerpo comienza a
experimentar afecciones de muchas maneras diferentes: subida de la presión
arterial, dolor de cabeza, latidos acelerados, respiración agitada, dolor de
cuello o espalda, malestar estomacal, gastritis, náuseas etc.
El estrés, en términos psicológicos, es la
incapacidad emocional para adaptarnos a una situación determinada, lo cual a su
vez nos produce una sensación de rabia e impotencia con las consecuencias que
ya conocemos.
No obstante, el estrés es mas fácil de controlar de
lo que uno cree. El secreto radica en dejar que todo fluya; en disfrutar de la
vida y de cada situación sin pretender controlarlo todo.
Dicho en otras palabras, debemos aceptar las
situaciones que no nos agradan y entender que el cambio debe ocurrir en
nosotros.
Todo esto se traduce en confiar más en Dios.
Pensamos que confiamos en Dios y muchas veces nos
molesta o nos ofende que alguien dude de nuestra fe, pero la verdad es que aún
nos falta mucha fe.
Nos falta dejar que Dios actúe y permitirle que las
cosas se den como él quiere, sin intentar tener nosotros el control de la
situación.
El estrés es un estado mental al que no se llega de
un momento a otro; es la sumatoria de muchas angustias, preocupaciones,
frustraciones, miedos, culpas y rencores que vamos albergando en nuestra mente,
sin poder desahogarnos o darles una solución.
Por ejemplo, nos estresa el desorden de nuestra
casa. Pero ese problema, por lo general, tiene su origen mucho tiempo atrás.
Tal vez tenemos un patrón de desorden y no nos hemos dado cuenta. Seguramente
dejamos las cosas desordenadas, de manera inconsciente y automática por largo
tiempo y cuando decidimos ordenar es cuando ya colapsamos.
En este caso, la solución sería anticiparnos al
estrés convirtiendo el orden y la limpieza en un hábito agradable, en lugar de
verlo como una obligación.
COMO RELAJARNOS CUANDO ESTAMOS ESTRESADOS
El estrés es el causante de muchos de nuestros
problemas. Causa daños a la relación matrimonial y familiar, es causante de
muchas peleas y afecta terriblemente nuestra salud.
Lamentablemente, en estos tiempos difíciles cada vez
son más las personas que sufren de crisis nerviosas, ataques de pánico,
infartos o derrames que pueden llevarlos, incluso, a la muerte.
La vida es un regalo maravilloso que Dios nos ha
dado. Ese regalo debemos cuidarlo y valorarlo siendo felices y agradecidos.
Es muy importante evitar caer en estrés o depresión
y eso se logra llenando nuestro corazón de esa paz que solo Dios puede dar.
Una excelente manera de hacerlo es leer la Biblia,
escuchar música o ver películas con mensajes motivadores y alejarnos de
personas negativas, conflictivas y tóxicas.
Además, debemos adquirir la capacidad de resolver
los problemas antes que estos se presenten, así evitaremos preocupaciones y
angustias innecesarias.
Sin embargo, cuando ya el estrés se ha apoderado de
nosotros es muy difícil tener una buena actitud o demostrar felicidad y
agradecimiento.
Existen varias técnicas que podemos usar cuando ya
estamos estresados y comenzamos a experimentar la somatización de nuestros
pensamientos negativos.
Así como los síntomas del estrés pueden variar según
cada persona también las estrategias para calmarnos dependen de los gustos y
necesidades de cada individuo. Sin embargo, algunas de las más comunes y
efectivas soluciones para reducir o acabar con el estrés en un momento
determinado son:
LA ORACIÓN Y MEDITACIÓN
Debemos comenzar por contar hasta diez y respirar.
Tratar de alejarnos unos momentos de la situación que nos estresa y pensar, con
cabeza fría, en una posible solución.
Debemos entregar a Dios ese problema o situación
para que nuestra mente se relaje y podamos ver con más claridad las posibles
salidas.
Tomarnos unos 15 minutos para salir a caminar, tomar
una ducha, conversar con algún familiar o amigo que nos transmita paz, tomar un
té o simplemente ir al baño a lavarnos la cara puede ser suficiente para que
comencemos a ver las cosas de otra manera.
LA RISA
Varios estudios científicos realizados han
demostrado la efectividad de las terapias de risa para controlar el estrés.
Incluso en casos de crisis hipertensiva la risa es una de las mejores maneras
de calmar la ansiedad y regular la presión arterial.
Es tan fácil como buscar un programa de televisión
que nos haga reír o provocarnos la risa haciendo caras graciosas frente a un
espejo; lo importante es distraer la mente de aquello que nos perturba y
conseguir la paz y el bienestar que necesitamos.
EL SEXO
Para muchas personas, el sexo es una actividad
sumamente relajante. En la sociedad en la que vivimos se maneja un concepto
bastante distorsionado sobre este tema, presentando lo malo como bueno y lo
bueno como malo.
Dios inventó el sexo sabiendo que es bueno y sano
para la vida de los seres humanos, pero la humanidad se ha encargado de
convertirlo en un tema tabú, lleno de malicia.
En estos tiempos de cuarentena, en los cuales la ansiedad
se incrementa en los hogares, es muy importante cuidar también de nuestra salud
sexual.
Una buena relación de intimidad puede mejorar, en
gran manera, la integración y comunicación en el matrimonio, aportando una
excelente solución a los problemas de estrés y mejorando la convivencia
familiar.
EL EJERCICIO
Hacer ejercicios es una de las mejores maneras de
reducir el estrés cuando sentimos que estamos a punto de estallar. Así sea una
simple caminata cerca de nuestro hogar
o una rutina
de ejercicios aeróbicos mientras escuchamos una música energizante el ejercicio
físico reduce casi de inmediato los efectos perjudiciales del estrés en nuestro
organismo.
Por otra parte, es preferible volverse loco de alegría
que, por el estrés. Así que cuando nos encontremos molestos y acelerados por el
encierro en esta cuarentena poner una buena música y comenzar a bailar puede
cambiarlo todo y mejorar drásticamente nuestro estado anímico.
TOMAR ACCIÓN
Otra forma muy eficaz y sobre todo productiva de
reducir el estrés es tomar acciones concretas para solucionar esa situación que
tanto nos afecta.
Si la causa del estrés es el desorden de la casa la
solución definitivamente es comenzar a ordenar y limpiar. Aunque el proceso sea
largo, y en el momento nos parezca desagradable, ver el resultado final será
muy motivador.
Por otra parte, si el motivo que nos estresa es el
ruido de la música de los vecinos puede que la solución, por lo menos temporal,
sea encerrarnos en la habitación e insonorizar lo más posible.
Para ello, debemos cerrar bien las puertas y
ventanas, tapando los espacios por donde pudiera entrar el sonido. Luego, en la
tranquilidad de nuestra alcoba, una grata compañía y una buena película podría
hacer que olvidemos a los vecinos ruidosos.
por Carlos Sánchez Martínez

2 comentarios:
Excelente, gracias por compartirlo.
Muchas gracias a ustedes por leerme!
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