martes, 30 de junio de 2020

LA RESPUESTA DE DIOS



Habían pasado varios días desde que mi amiga nos contó sobre ese caso. Se trataba de una chica que paseaba tranquilamente en su bicicleta, por un camino de una zona montañosa; lamentablemente, ella perdió el control y cayó desde una gran altura. El accidente fue terrible.

Ese instante nefasto cambió los sonidos de su risa por sirenas de ambulancias; y lo que comenzó como un día soleado se transformó, para mucha gente, en una tormenta de lágrimas y miedo que no parecía tener fin.

Con el cráneo fracturado, además de otras muy graves lesiones, los médicos no podían dar a sus familiares y amigos ninguna palabra de aliento ni esperanza; era como caminar en ese “valle de las sombras” del que nos habla la Biblia en el salmo 23; una situación realmente aterradora para todos los que la amaban y temían por su vida.
Su condición era extremadamente crítica; había entrado en estado de coma y ya no había mucho que hacer, solo esperar.

Sin embargo, nada es imposible para quien con su infinito poder creó los cielos y la Tierra, Dios. Por ese motivo, amparados en la fe, nos aferrábamos a las palabras escritas en el mismo salmo 23: “No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” y seguíamos orando; dando por seguro que pronto veríamos la mano de Dios obrando de manera maravillosa.

Esa tarde, a la 1:25, a petición de mi amiga, mi familia y yo nos unimos a ella en oración.

Ya habían pasado varios días y la chica no salía del coma, ni daba la más mínima señal de mejoría; por lo tanto, dar gracias por su salud carecía de la lógica más elemental. No obstante, así es la fe; es enemiga de la lógica. Significa no dudar, no tener miedo; y declarar con valor y con firmeza la sanidad que tanto se espera, en el Nombre de Jesús.
Pasaron unos días y recibí un nuevo mensaje. En el texto me decían que la joven había despertado; despertando, así también, la esperanza colectiva de que muy pronto ocurriera un milagro.

Esta mañana, como todos los días, me levanté muy temprano para escribir; tomé mi teléfono, mis lápices y agenda decidido a dejar que las hadas, como dice una vieja canción, caminaran de aquí para allá inspirándome cada verso. No había ni siquiera tomado mi acostumbrado café mañanero cuando nuevamente me escribió mi amiga.
Esta vez, el mensaje era un audio reenviado, por lo cual me imaginé que se trataría de alguno de esos bonitos regalos que, hablándome de Dios, mi amiga suele enviarme para alegrarme el día desde el amanecer.

Lo que escuché, definitivamente, provocó que mis ojos se humedecieran y se me hizo muy difícil controlarme para no dejar escapar una lágrima…Era su voz, dando las gracias a Dios y a mi amiga por sus oraciones.

Hablaba con dificultad y se podía sentir que le dolía hacer el más mínimo esfuerzo, pero hablaba. Contra todo pronóstico médico, sobrevivió.

Solo me quedaba dar infinitas gracias a Dios por respaldar nuestra fe, haciendo el milagro que tanto esperábamos…y escribir esta historia.


Carlos Sánchez Martínez.

sábado, 27 de junio de 2020

AL ANTIGUO DUEÑO DE MIS NUEVOS ZAPATOS


Hoy camino con los que un día fueron tus zapatos…
Son tan cómodos que parece que los hubieran hecho para mí.

Cada marca de su cuero envejecido me recuerda mi fortuna;
porque ahora caminar descalzo para mí es solo una opción.

Ya no siento temor de pisar los rastros que dejó la lluvia,
me siento acompañado y protegido al andar por la calle
Me siento feliz.

Por lo tanto, es difícil imaginar que mis nuevos zapatos alguna vez tuvieron otro dueño;
pero fue así.

En otros días, eras tú quien los usaba;
mientras yo caminaba con otro calzado,
que en aquel entonces fue tesoro para mí.

Pero el tiempo pasó;
y en algún instante mis viejos zapatos decidieron irse;
no recuerdo muy bien para donde se fueron, o si fui yo mismo quien los descartó;
el caso es que ya no estaban aquí...
Pero yo sí.

Yo seguía necesitando proteger mis pasos;
pues mis pies, ya rotos, lo pedían a gritos.
Muchos días llegué a casa limpiando mis heridas;
muchas noches miré al cielo y le di gracias de antemano,
por esos nuevos zapatos, pues sabía que algún día habrían de llegar a mí.

Es por eso, hermano mío, que hoy te escribo;
porque quiero que sepas que al usarlos te bendigo;
y bendigo el día en que tus pies, tal vez, sin siquiera saberlo,
sintieron compasión por los míos.

jueves, 25 de junio de 2020

LA LUZ QUE NO ALUMBRA

Han pasado muchos años desde la última vez que me sentí vivo…Mi mente, llena de recuerdos, no puede olvidar esos ojos que un día me miraron con tanto amor, con tanta ternura; pero a la vez, con un deseo tan grande que podía sentirse en cada palabra y en cada roce de sus manos. Se llamaba Victoria; y para mí, conocerla había sido el momento más maravilloso y sempiterno que había experimentado.
Cada mañana, a las 7 AM, nos veíamos en la plaza para caminar juntos un rato, mientras nos contábamos todo, y conversábamos, riendo, sobre esas bombillas que aparentemente solo servían para adornar el parque.
Ese día, mi corazón latía mucho más fuerte que de costumbre; ya semanas atrás había tomado la decisión más grande de mi vida; busqué el anillo más hermoso y lujoso que en mi condición de humilde escritor podía pagar. Lo tenía guardado en la gaveta de la mesa de noche, adentro de una cajetilla de cigarrillos que sabía ella jamás iba a tocar, por su casi patológica repulsión a todo lo que, según su criterio, representara un vicio. Tal vez por eso me enamoré…perdidamente, sin querer darme cuenta de que nunca la podría alcanzar.

Carlos S.

miércoles, 24 de junio de 2020

GABO’S COFFEE, SAN DIEGO, VENEZUELA.


Sin lugar a dudas, Gabo’s Coffee se ha convertido, en poco tiempo, en uno de los lugares más prestigiosos de todo San Diego. Tal vez sea por la excelente publicidad que hacen a través de su cuenta de Instagram, donde publican imágenes que hablan por sí solas y despiertan el deseo de probar cada uno de sus productos, o por lo bonito de sus instalaciones estéticamente decoradas, con colores que transmiten elegancia y distinción.

Pero por otra parte, es muy lógico suponer que todo su éxito se deba a la calidad de sus productos. No obstante, tenía que comprobarlo por mí mismo; así que hace unos días, en vez de preparar la cena en casa, decidí acercarme a su sede, en la Urb. La Esmeralda, manzana C9, casa #1, para probar unos perros calientes que tienen en promoción.

MI PRIMERA IMPRESIÓN

Lo primero que me causó buena impresión fue la amabilidad de la chica que me atendió cuando llegué al lugar. Muy seria y respetuosa (con unos bonitos tatuajes en los brazos que combinaban muy bien con la imagen del lugar), y a la vez muy agradable; de esas personas que te hacen sentir importante como cliente y que te atienden con agrado. Por ese motivo, aunque traía puesto un “tapa bocas”, seguro estoy de que sonreía al atender a cada persona.

Una vez que hice mi pedido me enviaron, al teléfono, los datos para pagar a través de pago móvil, lo cual me resultó realmente fácil y práctico.

El tiempo que tuve que esperar para que me entregaran mi pedido fue muy corto, creo que unos 15 minutos aproximadamente; pero, definitivamente, valió la pena esperar.

Cuando recibí mis perros para llevar, me gustó mucho la presentación; ya que estaban envueltos en paquetes de dos en dos, y dentro de unas bolsas plásticas grandes de muy buena calidad, que hicieron mucho más fácil transportar mi comida hasta llegar a casa.

El Anfitrión que me entregó la comida también dio muestras de amabilidad y muy buena educación, lo cual evidencia que la empresa se esmera mucho en la atención al cliente y la selección de su personal.

¡LOS PERROS CALIENTES SON EXCELENTES!

Sé que mucha gente pensará que lo digo porque me pagaron; pero realmente, y con la objetividad que me caracteriza, puedo afirmar que son los mejores perros calientes que he probado, por lo menos en mucho tiempo. De hecho, no recuerdo haber probado otros mejores.
Cuando llegué a mi destino con el pedido, lo primero que hice fue abrir las bolsas y apreciar unos muy elegantes empaques hechos con papel encerado, el cual tenía el logotipo de Gabo’s Coffee a manera de mosaico. Realmente provocaba guardar los papeles para forrar los cuadernos de mis hijos, ya que su calidad y su diseño con logos e imágenes de hamburguesas, papas fritas y pizzas lo hacían estéticamente muy agradable.

Al abrir cada paquete, que como mencioné anteriormente contenía dos perros cada uno, solo una cosa pasaba por mi mente: ¿De verdad serían tan grandes y apetitosos como se veía en los posts de Instagram? Tengo que confesar que, en este caso, la realidad superó mis expectativas…

Normalmente estamos acostumbrados a que la gente exagere las cualidades de sus productos para vender más con sus fotografías e imágenes publicitarias. No obstante, quiero dar fe de que los perros calientes de Gabo’s Coffee son mucho más provocativos de lo que muestran en sus publicaciones; tanto que no voy a olvidar la sonrisa de mi esposa y mis hijos cuando vieron la mesa servida con tan suculento manjar.

Después de hacer nuestra ya acostumbrada oración, para agradecer a Dios la posibilidad de darnos un gusto como ese, procedimos a comer. Entonces las sonrisas de los niños se hicieron aún más grandes; estaban felices de tener en sus manos un perro caliente, de 20 centímetros, muy bien preparado; con unas deliciosas salsas, quesos, maíz, ensalada y muchas otras cosas que no logré distinguir, pero que definitivamente hacían de aquella cena una experiencia digna de recordar y repetir.

En cuanto a la calidad de los ingredientes que utilizan, debo decir que el sabor de la salchicha es delicioso; es una salchicha grande y seguramente de muy buena marca, en un pan de perro caliente muy fresco. Las salsas, papas fritas y ensaladas son, en verdad, deliciosas y muy abundantes. El queso también es muy fresco y de excelente sabor.

CLIENTES SATISFECHOS

Después de aquella deliciosa comida nos quedamos un buen rato en la mesa, conversando sobre lo buenos que estaban los perros que acabábamos de disfrutar, e imaginando como será probar las pizzas, pastichos, dulces y demás delicateses que ofrece Gabo’s Coffee. De lo que estoy seguro es que cada vez que pueda volveré, porque mi experiencia como cliente fue muy satisfactoria.

MIS FELICITACIONES

  • ·       El sabor, tamaño y presentación de los perros calientes es excelente.
  • ·       La atención al público fue muy buena.
  • ·       El precio de 1$ por cada perro caliente me pareció una muy buena oferta.


MIS RECOMENDACIONES

  • ·      Aunque estoy seguro de que ya lo están gestionando, pienso que la activación del punto de venta sería una gran ventaja, sobre todo para aquellas personas que no tienen la aplicación de pago móvil.


  • ·        La implementación de unos pequeños vasitos con tapa para que el cliente pueda llevar un extra de sus salsas favoritas.


Como conclusión puedo decir que Gabo’s Coffee, definitivamente, superó todas mis expectativas, por lo cual, los considero un excelente ejemplo de NEGOCIOS EXITOSOS. Espero, muy pronto, poder probar algunos de sus otros platos, para brindar a ustedes, nuevamente, mi humilde opinión. 

Atentamente, Carlos Sánchez Martínez.

Gabo’s Coffe           Teléfono: +58 424 4535533         Instagram: @gaboscoffee

domingo, 14 de junio de 2020

POR QUÉ BROTAN MIS LÁGRIMAS



Una pregunta invade mi mente,
Siete respuestas da el corazón;
Por qué a mis años, tan de repente
brotan mis lágrimas sin razón?

Toda una vida siendo el más fuerte,
El hombre de acero, cual Superman;
Aquel que a todos infunde miedo,
Aquel que nadie veía llorar.

Pero ha pasado fugaz el tiempo
Y se ha llevado mucho de mí,
De un bello amor me quedó un recuerdo
que por las noches me hace sufrir.

Entonces quiero escuchar aquellas viejas canciones
Buscando en sus melodías algún motivo para seguir;
Pero mis ojos cansados ya no entienden de razones,
Y no sé por qué motivo confabulan contra mí.

Será que me duele lo que tuve y ya no tengo?
Será tal vez la nostalgia de los años que viví?
Será también la distancia de mis hijos y mis nietos?
Será por todo, será por ti?
Tal vez quisiera devolver de nuevo el tiempo,
y entonces volver a verla, como siempre, junto a mí.

Poema de Carlos Sánchez Martínez

viernes, 5 de junio de 2020

Gente que motiva: Maritza Segovia




Existen personas en este mundo que sobresalen por sus deseos de ayudar a los demás, con el único interés de hacer el bien, sin esperar ni siquiera el agradecimiento por sus obras; una de esas personas con carácter fuerte y corazón inmarcesible es precisamente Maritza Segovia.

Su espíritu aguerrido y aventurero le ha permitido salir adelante ante situaciones que muchas otras personas no habrían podido superar y su fe en Dios le ha dado las fuerzas, la motivación y la sabiduría necesaria para demostrar que todo lo puede en Cristo que la fortalece.

Maritza es una de tantas mujeres venezolanas que han luchado por superarse y lo han logrado, convirtiéndose en un gran ejemplo de constancia, siempre dejando una huella positiva en cada persona que se cruza en su camino.

Desde niña fue muy inquieta y creativa. Demostró tener cualidades artísticas, participando, como parte del elenco, en el Circo Bostón dirigido por el Maestro Don Luis Carlos Escobar, con cuya familia pasó gran parte de su infancia.

Salió de su pueblo natal, en el estado Trujillo, desde muy joven, para alcanzar sus sueños de conocer el mundo y superarse profesionalmente.

Conoció a su esposo, en el estado Falcón, hace más de cuarenta años, con quien Dios le ha permitido tener, entre otras cosas, una hermosa familia y un estable matrimonio.

Su amor por Dios se ha fortalecido cada vez más con el paso del tiempo, y es por ello su deseo de ayudar a los más necesitados; algunas veces con una contribución económica, ropa o alimentos; ya que se preocupa mucho por la situación de sus seres queridos en Venezuela.

Por otra parte, es una mujer con una fe inquebrantable que en muchas ocasiones ayuda a la gente con su oración, ya que Dios le ha concedido el don de orar por los enfermos y las mujeres que no pueden tener hijos. No obstante, Maritza siempre enfatiza que ella es solo un instrumento, ya que la obra la hace Dios y para Él es toda la gloria.

Hoy se radica fuera de su país y se ha dedicado con amor a otra de sus grandes pasiones, las flores. Gracias a ello, ha ganado varios premios por las hermosas orquídeas que cultiva y cuida con tanto esmero y profesionalismo.

Maritza Segovia es una mujer venezolana que ha demostrado que con fe, constancia, trabajo y esfuerzo podemos llegar muy lejos; por eso es, definitivamente, GENTE QUE MOTIVA.

El talento vale mucho


Carlos Sánchez Martínez

Fantasía CAPÍTULO 1 PARTE 2



...Tal vez por eso, ni ella misma se podía imaginar que lo que se suponía debía ser el momento más feliz de su vida se convertiría al final en el recuerdo más vergonzoso y la causa de todo su rencor.

Parecía que todo iba a ser como en un cuento de hadas. El pastel de bodas, cubierto de fresas con crema tan grandes que parecían ser solamente parte de la decoración, medía casi un metro de altura; tenía dos figuritas de cera que representaban la unión eterna de los recién casados; y el grupo de música bailable que su padre contrató amenizó la fiesta y puso a bailar a todo el mundo. Todo había salido perfecto. Hasta que después de las dos de la mañana, y luego de buscarlos por más de veinte minutos por toda la casa, encontró a su infame esposo, precisamente con la amiga que los presentó, encerrados con llave en aquel cuarto donde antes, tantas veces y a escondidas de sus padres, a ella le había hecho el amor.

De aquella “amiga” podía imaginarse algo como eso, ya que su mentalidad era bastante liberal, y parecía tener las ganas alborotadas todo el tiempo. Era una mujer muy atractiva, no muy alta, de cabello castaño más o menos ondulado, con un cuerpo muy sensual y una mirada pícara con la que ya en el pasado había embrujado a varios hombres y a una que otra mujer de mente abierta como ella.

Tenía un magnetismo casi animal al que de verdad no era fácil resistirse. Luis Fernando, por el contrario, había demostrado una conducta tan intachable durante esos dos años de noviazgo, que no terminaba de convencer a la personalidad dominante y desconfiada de su mamá, quien cada vez que veía la oportunidad le recordaba a ella que no se podía confiar en los hombres, como si quisiera transmitir a su hija su propia frustración y su amargura injustificada.

El instante mismo en que ella abrió la boca de asombro, cuando su mamá utilizó la llave de emergencia para abrir la puerta del cuarto, y delante de todos sus invitados vio salir a Luis Fernando con la camisa mal abotonada y a su amiga con una sonrisa de satisfacción y el escote mucho más abajo de lo que las costuras del vestido podían soportar, quedó inmortalizado para siempre en el Facebook de varias personas invitadas esa noche.

Desde ese momento se alejó de todo el mundo, se había jurado no volver a creer en los hombres y también prefirió quedarse sin amigas.

Ni siquiera su padre se salvó de su rabia, la noche en que le gritó en la cara que su sonrisa parecía tan falsa como las tetas recién operadas de su madre, cuando le llevó a su cuarto algo de cenar y la encontró llorando frente a la computadora.

Él no le dijo nada, entendía que su dolor era tan grande que no la dejaba ver con claridad que estaba frente al único hombre que la había amado con locura desde aquella noche lluviosa en que vio por primera vez sus ojitos verdes. Se limpió rápidamente las lágrimas que alcanzaron a escaparse de sus ojos y sonrió con una mirada triste, sin decir otra cosa más que «duerme bien mi princesita», como le solía decir cariñosamente.

Ella no se conmovió, siguió mirando, con una desconcertante indiferencia, los productos en Amazon que pensaba comprar con la tarjeta de crédito de aquel hombre al que le acababa de romper el corazón.

jueves, 4 de junio de 2020

Fantasía, capítulo 1, parte 3


Desde hacía aproximadamente tres o cuatro años atrás había tenido varios pretendientes, algunos de ellos honestamente detestables, otros, por el contrario, parecían tener todos los requisitos que su padre buscaba en un esposo para ella. Aunque apenas tenía veinte siete años, se sentía frustrada porque todas sus primas, incluso la más pequeña que tenía dieciocho años recién cumplidos, ya se habían casado.
Pero no era la felicidad matrimonial lo que la motivaba, sino más bien un deseo casi obsesivo por ser la esposa de un hombre adinerado y poder darse todos los lujos que quisiera sin tener que esforzarse en nada más que siendo complaciente en la cama. La ternura e inocencia con la que se entregó las primeras veces al amor le parecían ahora una cursilería barata y una gran estupidez. A diferencia de otros tiempos, ahora solo veía el sexo como el precio a pagar para conseguir algún capricho, o una necesidad del cuerpo que por lo menos una vez al mes satisfacía con alguien que conocía en una salida casual.
Eran tantas sus ganas de tener más, tanta su necesidad de comprar banalidades, tanto su deseo de mostrarle a todo el mundo que ya no era esa niña inocente de la que muchos se burlaron y cuya foto con cara de tonta aún daba vueltas en algunos sitios de internet, que no se dio cuenta en qué momento su padre había cambiado tanto.
Ya no era ese hombre alegre, y de sonrisa esplendida, que antes solía iluminar la casa con sus chistes o comentarios infantiles y optimistas; tampoco tenía ese brillo en la mirada que tuvo desde la noche milagrosa en la que ella nació a pesar de tantos contratiempos y que ahora más bien parecía querer transmitir, sin palabras, la tristeza y la vergüenza de sentirse fracasado como padre y como esposo.
Ese día, cuando lo encontraron tirado en el piso del baño, después de desmayarse por la mala alimentación y el cansancio natural por tantas noches en vela trabajando en su estudio que parecía sistemáticamente desordenado, él no sólo se alegró de despertar y ver que era su pequeña Milagros quien lo estaba cuidando sentada en la cama a su lado, sino que por un momento volvió a sonreír con esa misma sonrisa esplendida con la que antes le alegraba las mañanas al llevarle su café con leche. Fue solo en ese momento cuando ella se dio cuenta de que el tiempo había pasado y que en unos meses cumpliría cuarenta y tres.
Realmente su amargura era entendible, siempre fue la niña consentida de sus padres. Su mamá todo el tiempo estaba ocupada en sus propias necesidades como ir al gimnasio y satisfacer sus gustos, los cuales según ella misma decía eran su manera de ser feliz y sentirse amada. Trataba a Milagros con dureza emocional, pero procuraba complacerle cada uno de sus caprichos, ya que decía que no quería que su hija heredara el conformismo pusilánime de su padre.
Su papá, por otra parte, la trataba con tanta ternura que muchas veces la empalagaba con sus besos y abrazos que ella realmente nunca supo valorar.

La inefable realidad




Pienso en todas esas personas que han apoyado mi carrera de escritor y redactor; en mis abuelos, de quienes heredé la pasión por la enseñanza y las letras, en esa gente que sí creyó en mí y me dio una oportunidad...
A todos, gracias.

El mundo de la escritura es un mundo mágico, lleno de posibilidades, de verdades y fantasías. Escribir es una hermosa terapia para calmar la ansiedad del alma a la vez que alimentas el alma de los demás...y creces, tratando cada día de plasmar, con cada letra, la inefable realidad.

Carlos Sánchez Martínez






miércoles, 3 de junio de 2020

Fantasía, Capitulo 1 parte 4



Esos días, en que su padre necesitó de sus cuidados, fueron para ella como una cachetada que el destino le estaba dando para recordarle lo mala hija que había sido con aquel hombre que ya pisaba los setenta y la seguía tratando con las mismas atenciones con las que hacía más de treinta años la cuidó cuando enfermó de paperas.

Un día, en que estaba revisando las cajas donde su madre había guardado las pocas cosas que quedaron de la boda, Milagros lloró todo lo que no había llorado en esos años al encontrar una bolsita pequeña de tela, ya descolorida y empolvada por el paso del tiempo, donde había un anillo que ella no recordaba haber guardado. No era el anillo de matrimonio, ya que ése lo había vendido hacía diez años para no tener el tormento de verlo en el joyero cada vez que se arreglaba para salir a satisfacer sus necesidades una vez al mes, éste, por el contrario, era un anillo muy barato hecho de un extraño material que se oxidaba fácilmente, pero que volvía a brillar cuando ella lo limpiaba con pasta dental.

Había sido un regalo muy humilde de un novio que tuvo durante varios años, antes de deslumbrarse con el carro y el dinero de la familia de Luis Fernando. En ese momento, mientras miraba el anillo en su mano, entendió todo el tiempo que había perdido buscando la felicidad en las cosas lujosas y el dinero que ahora le sobraba, pero que a la vez la condenaba a sentirse cada día más sola y fracasada como mujer.

En la misma bolsita de tela en donde estaba el anillo oxidado también había una carta, estaba firmada por Miguel Alejandro Burgués De La Colina, lo cual parecía una burla del destino porque el único bien material que tenía era una vieja bicicleta que lo llevaba a todas partes, con su guitarra amarrada a la espalda.

Miguel era un soñador sin mucho futuro, tenía la loca fantasía de llegar a ser famoso con sus canciones que parecían ser escritas con la única e ilusa intención de querer cambiar al mundo.

Todos los días, durante casi cinco años, acompañó a Milagros a donde ella tuviera que ir. La llevaba en la vieja bicicleta, lo cual al principio a ella le parecía divertido, pero con el paso del tiempo fue convirtiéndose más bien en un gesto vergonzoso que su amada trataba de evitar, sin herir sus sentimientos. Ella, por su parte, intentaba contagiarle sus ideas progresistas y sus sueños de tener riquezas y viajar juntos por el mundo.

Pero él tenía otros ideales, otra manera de ver la vida como si sufriera del síndrome de Peter Pan. Parecía vivir en un mundo de ilusiones en el que alcanzaba la fama y era amado y respetado por todos, pero jamás hacía nada en concreto para lograr que esos sueños se hicieran realidad.  Estaba muy ocupado soñando despierto, tanto, que no se dio cuenta que los años le pasaron por encima y ya no era aquel adolescente al que todos buscaban para que cantara en las fiestas, a las cuales era invitado solo con la condición de que llevara su guitarra.

martes, 2 de junio de 2020

Fantasía, capítulo, 1 Parte 5.

Como buen bohemio, Miguel sentía un profundo desprecio por todo lo que tuviera que ver con la banalidad; por eso detestaba su apellido Burgués y siempre se presentaba así mismo ante la gente solamente con su segundo apellido el cual, para su desgracia, también parecía elegante.

A pesar de ser un hombre con muchas cualidades y sentimientos altruistas las cosas casi nunca le salían bien. No era por falta de talento. Se trataba más bien de una lucha interna e inconsciente entre el yo puedo y el no soy tan bueno para eso” que no le permitía atreverse a dar un paso más, ese salto al vacío que, definitivamente, lo llevaría a un nivel superior.

Milagros no había vuelto a saber de él en mucho tiempo. Lo último que supo era que estaba gordo, y que trabajaba como ayudante, cargando bultos, en un almacén de comida para animales; eso fue varios años después del divorcio, un día en que por casualidad se encontró en la calle con “la estúpida ninfómana” que le hizo el favor de dañar su matrimonio el mismo día de la boda, como solía referirse con evidente resentimiento a Ana, y ella se lo contó.

Ana María realmente no era mala, o por lo menos no con el grado de maldad necesario para planificar, maquiavélicamente, destruirle la vida a su, hasta entonces, mejor amiga. Sus compañeras de la universidad le decían “La Vampiresa”, tal vez para bromear con su aspecto de mujer seductora y sus ganas constantes de sentirse deseada por todos.

Se conocían desde mucho antes de la época en que la que a Milagros la llevaban a todas partes en bicicleta. Todos sabían que Ana María tenía un gusto un poquito exagerado por el sexo, de hecho, realmente pensaban que podía ser ninfómana y que escapaba de sus manos la posibilidad de ser menos lujuriosa. Ella siempre les contaba, en sus conversaciones llenas de doble sentido, sobre las experiencias que había tenido con hombres casados e incluso con otras mujeres explorando curiosamente los límites de su sexualidad.

Ana decía, orgullosamente, que una de las pocas cosas que le faltaba por probar en la vida era hacerlo con el esposo de una amiga; además, le entusiasmaba la idea de que esa amiga se animara a probar cosas nuevas y participara gustosamente de su fantasía, lo cual Milagros siempre tomó como parte de los comentarios calientes que “La Vampiresa” solía hacer con el humor negro que la caracterizaba.

Esa fue una de las razones por las cuales Milagros decidió perdonarla, aunque fuera de la boca para afuera, ya que se conocían desde que eran niñas; y aunque nunca más volvió a confiar en ella, de vez en cuando se encontraban casualmente y conversaban, sin tocar nunca el tema de lo que pasó el día de la boda.

La verdad es que Ana había hecho hasta lo imposible para que Milagros la perdonara, inclusive les pagó a varias personas para que borraran las fotos de la boda Milagros de sus páginas de Facebook, pero ya el mal estaba hecho y muchas de esas fotos que le recordaban la traición aún seguían rodando en Internet.

Un día, cuando Milagros se preparaba como todos los días para salir a abrir el salón de belleza, tuvo la sensación de que su vida estaba estancada en un interminable círculo vicioso en el que solo había espacio para el trabajo y la soledad. Se sintió deprimida, recordó por un momento aquellos días en que nunca estaba sola, en que paseaba en bicicleta y su mayor preocupación era el qué dirán.

Nada de eso ya le importaba, hacía mucho tiempo que su imagen de niña buena había quedado en el pasado y por instantes dio muestras de empatía al imaginar lo vacía que debía sentirse Ana cada mañana. Entonces se acordó de la ocasión en que Ana María la invitó a tomar unos tragos en su casa y después de un par de horas, la intentó convencer con sus encantos para que se metiera con ella en el jacuzzi. En ese momento, solo por un pequeño instante, lamentó haber dicho que no.

Ese día no quiso ir a trabajar, la depresión no la dejó. Tampoco fue al día siguiente, ni el otro; así pasaron varios días en los que se dedicó a compadecerse de ella misma y de lo miserable que era su vida.

Una noche, después de varios días de lágrimas y largas horas encerrada en su cuarto recordando el pasado, quizás por primera vez pensando en su futuro, Milagros tomó una decisión que definitivamente cambiaría su vida para siempre.

lunes, 1 de junio de 2020

Anoche desperté…



De repente todo comenzó a cobrar sentido; tantos trabajos, tantas mujeres, tan pocos amigos y tanta soledad. Ahora comprendo que todo fue planeado. 

Hoy encuentro a Dios en mi esposa y en mis hijos; el pasado ya no existe, ya cumplió con su misión.

Ahora puedo agradecer cada vez que abro los ojos y me veo en el espejo; entonces me encuentro, por fin, en esos ojos que tantas veces miré sin poder reconocer.

En ese infinito instante sonrío, porque me doy cuenta de que soy el hombre que siempre quise ser.

Carlos Sánchez Martínez




Capítulo II
Milagros acababa de cumplir cuarenta y tres años, pero cada día se sentía más sola. Realmente, a excepción sus padres, a los cuales nunca había valorado de verdad, todo el mundo la trataba por interés o conveniencia.

No era una mujer muy agraciada; pese a sus hermosos ojos verdes y nariz perfilada, se había descuidado mucho físicamente por estar concentrada en hacer dinero y darse lujos, los cuales no tenía con quien compartir. Sus senos ya no tenían la firmeza, ni la voluptuosidad, de aquellos tiempos en que poseía tantos admiradores.

Había dejado de ir al gimnasio, por eso había vuelto a engordar, y esas piernas que antes hacían voltear a cualquiera en la calle, y que ella en un tiempo exhibía con tanto orgullo, ahora tenían, por detrás, unas ligeras pero evidentes marcas verdes, moradas y azules que más parecían las rutas de un GPS que un problema circulatorio.

Veinte años atrás, Milagros soñaba con ser una mujer exitosa y tener mucho dinero cuando fuera mayor. Quería ser modelo o actriz. Fantaseaba con salir en televisión y ser famosa; quería salir en las portadas de las revistas y viajar por todo el mundo. Pero también soñaba con tener una familia, ya que desde pequeña decía que cuando creciera iba a encontrar un hombre bueno, inteligente y amoroso como su papá.

Pero el tiempo se le pasó volando. Ya no tenía veintitrés, había vivido muchas cosas y viajado muchas veces, pero solo por motivos de trabajo.
No tenía ese hogar bonito con el que tanto soñó. Su amiga ninfómana y un imbécil disfrazado de caballero, con el que pensó haber encontrado la felicidad, le habían enseñado que la vida no es color de rosa y que no se puede confiar en casi nadie.

Se dio cuenta entonces de que había cometido muchos errores, y que de alguna manera tenía que enmendarlos y enderezar su camino.
Así que pensó que ya era hora de tener un hijo; alguien a quien pudiera dar cariño y con quien pudiera compartir sus días y sus noches.

Estaba decidida a adoptar a una niña. 


Pensó en adoptar porque ya no creía en los hombres. Las pasadas malas experiencias, y los comentarios viperinos de su madre, se habían encargado de que Milagros no creyera en cuentos de hadas con príncipes y finales felices.

Quería una niña, en vez de un varón, porque decía que no iba a criar un sin vergüenza que probablemente, con los años, la dejaría sola y se fuera con todos sus ahorros.
Su afán de adoptar se convirtió casi en una obsesión. Era como su tabla de salvación; como si esa fuera su última oportunidad de ser feliz y darle un sentido a su vida.
Nuevamente, después de muchos años, albergó la esperanza en su corazón de tener, por fin, una vida feliz.

Sus padres la apoyaron. Aunque ella era una mujer totalmente independiente, que no necesitaba ni el dinero ni la aprobación de nadie, agradeció a Dios el poder contar con ellos en esta nueva aventura de la adopción.
Lo primero que debía hacer —pensaba ella—, era averiguar los requisitos que la ley exigía para ser madre adoptiva.

Uno de sus antiguos amantes, al cual tenía más de dos años que no veía, era abogado. Milagros se armó de valor y lo llamó; pero esta vez no buscaba calmar las ganas que esporádicamente tenía de sentirse deseada.

Lo que aquel hombre le dijo, lejos de alegrarla, le bajó nuevamente la moral, hasta el punto de volver a llamar a Ana María para aceptarle esos tragos, tentadoramente peligrosos, que le despreció un par de años atrás.

Ana María no se mostró para nada interesada, a pesar de que Milagros la llamó varias veces ella no le contestaba las llamadas. Ni siquiera el mensaje con doble sentido, en el que Milagros le preguntó si el Jacuzzi aun funcionaba bien, surtió efecto. Entonces nuevamente se sintió sola, pero esta vez fue peor, ahora se sentía humillada y rechazada. Tocó fondo.


Milagros tenía varios negocios los cuales había descuidado mucho en esos días. Tenía el salón de belleza, una tienda de ropa para damas, un pequeño restaurante y una heladería. Su madre supervisaba el salón de belleza y la heladería; su padre se encargaba de atender el restaurante, el cual se llamaba “Restaurant Don Anselmo”, en honor a él.

La tienda de ropa para damas se manejaba completamente por Internet, era una tienda virtual, y representaba, junto con el salón de belleza, su principal fuente de ingresos.
Una noche tuvo un sueño. Soñó que estaba en una casa muy grande, con paredes de vidrio. Afuera no se veía nada, pero había una luz muy radiante y un cielo de color azul muy claro; era hermoso.

Parecía estar en una casa sobre las nubes o algo parecido. Ella caminaba por la casa mirando de cuarto en cuarto, de repente entró a un salón donde solamente había dos leones enormes que parecían dormidos. De repente, apareció un ángel cómo de dos metros, con unos ojos grandes color miel y una agradable sonrisa que le recordó a la de su padre, él le extendió la mano como pidiéndole algo y ella también le extendió la suya. Ninguno de los dos dijo una palabra, pero Milagros, en el sueño, sabía que tenía que darle lo que le pedía. Entonces metió la mano en su bolsillo y sacó un hermoso anillo de oro. Se lo dio al ángel y él la abrazo con un amor que ella jamás había experimentado.

Ella metió la mano en su otro bolsillo—como buscando darle algo más —pero no encontró nada. Sintió mucha angustia. El ángel, que muy pacientemente la seguía mirando con sus expresivos ojos, señaló su pecho. Ella se tocó y sintió un hueco, se miró el pecho y no vio salir sangre, sino un haz de luz blanca que brillaba tan fuerte que la cegó por un instante. Después metió la mano y sintió su propio corazón latiendo; el ángel la miraba feliz. Ella se sacó el corazón, para entregárselo, y cayó contra el piso. En ese momento despertó sobresaltada por la caída y adolorida por el golpe que, contra el piso, se había dado en la cabeza.


Milagros no entendió lo que el sueño significaba, pero a partir de ese día cobró un nuevo aliento y su motivación volvió con mucha más fuerza que antes.
Decidió no darse por vencida y comenzó a buscar, por internet, información sobre la adopción, para poder hacer realidad su sueño de ser madre. Esa tarde se acercó a su padre y le pidió que desocupara el cuarto de visitas, porque no estaba muy lejos el día en que ella, por fin, lo haría abuelo.

COMO MANEJAR EL ESTRÉS EN ESTA CUARENTENA




Para comenzar, quiero decir que todos nos hemos estresado en algún momento; incluso la persona más equilibrada, tranquila, madura y optimista; el estrés es un estado mental más común de lo que podemos imaginar.
Esta situación afecta a miles de personas en el mundo, sin importar si somos cristianos, profesionales, coach de vida, psicólogos o estudiantes de yoga, todos hemos sucumbido ante el estrés.
En estos tiempos de cuarentena, en que la rutina, las noticias, las peleas de los niños o los problemas económicos ocupan gran parte de nuestros pensamientos, es muy importante aprender a manejar el estrés, ya que de no hacerlo corremos el riesgo de convertir nuestro hogar en un campo de batalla.

QUE ES EL ESTRÉS
En mi opinión, y sin ánimo de parecer fanático religioso, es la falta de confianza en Dios.
Me explico mejor…el estrés es una sensación terrible de malestar emocional que muchas veces se convierte en un problema para nuestra salud física.
Cuando estamos estresados nuestro cuerpo comienza a experimentar afecciones de muchas maneras diferentes: subida de la presión arterial, dolor de cabeza, latidos acelerados, respiración agitada, dolor de cuello o espalda, malestar estomacal, gastritis, náuseas etc.
El estrés, en términos psicológicos, es la incapacidad emocional para adaptarnos a una situación determinada, lo cual a su vez nos produce una sensación de rabia e impotencia con las consecuencias que ya conocemos.
No obstante, el estrés es mas fácil de controlar de lo que uno cree. El secreto radica en dejar que todo fluya; en disfrutar de la vida y de cada situación sin pretender controlarlo todo.
Dicho en otras palabras, debemos aceptar las situaciones que no nos agradan y entender que el cambio debe ocurrir en nosotros.
Todo esto se traduce en confiar más en Dios.
Pensamos que confiamos en Dios y muchas veces nos molesta o nos ofende que alguien dude de nuestra fe, pero la verdad es que aún nos falta mucha fe.
Nos falta dejar que Dios actúe y permitirle que las cosas se den como él quiere, sin intentar tener nosotros el control de la situación.
El estrés es un estado mental al que no se llega de un momento a otro; es la sumatoria de muchas angustias, preocupaciones, frustraciones, miedos, culpas y rencores que vamos albergando en nuestra mente, sin poder desahogarnos o darles una solución.
Por ejemplo, nos estresa el desorden de nuestra casa. Pero ese problema, por lo general, tiene su origen mucho tiempo atrás. Tal vez tenemos un patrón de desorden y no nos hemos dado cuenta. Seguramente dejamos las cosas desordenadas, de manera inconsciente y automática por largo tiempo y cuando decidimos ordenar es cuando ya colapsamos.
En este caso, la solución sería anticiparnos al estrés convirtiendo el orden y la limpieza en un hábito agradable, en lugar de verlo como una obligación.

COMO RELAJARNOS CUANDO ESTAMOS ESTRESADOS
El estrés es el causante de muchos de nuestros problemas. Causa daños a la relación matrimonial y familiar, es causante de muchas peleas y afecta terriblemente nuestra salud.
Lamentablemente, en estos tiempos difíciles cada vez son más las personas que sufren de crisis nerviosas, ataques de pánico, infartos o derrames que pueden llevarlos, incluso, a la muerte.
La vida es un regalo maravilloso que Dios nos ha dado. Ese regalo debemos cuidarlo y valorarlo siendo felices y agradecidos.
Es muy importante evitar caer en estrés o depresión y eso se logra llenando nuestro corazón de esa paz que solo Dios puede dar.
Una excelente manera de hacerlo es leer la Biblia, escuchar música o ver películas con mensajes motivadores y alejarnos de personas negativas, conflictivas y tóxicas.
Además, debemos adquirir la capacidad de resolver los problemas antes que estos se presenten, así evitaremos preocupaciones y angustias innecesarias.
Sin embargo, cuando ya el estrés se ha apoderado de nosotros es muy difícil tener una buena actitud o demostrar felicidad y agradecimiento.
Existen varias técnicas que podemos usar cuando ya estamos estresados y comenzamos a experimentar la somatización de nuestros pensamientos negativos.
Así como los síntomas del estrés pueden variar según cada persona también las estrategias para calmarnos dependen de los gustos y necesidades de cada individuo. Sin embargo, algunas de las más comunes y efectivas soluciones para reducir o acabar con el estrés en un momento determinado son:


LA ORACIÓN Y MEDITACIÓN


Debemos comenzar por contar hasta diez y respirar. Tratar de alejarnos unos momentos de la situación que nos estresa y pensar, con cabeza fría, en una posible solución.
Debemos entregar a Dios ese problema o situación para que nuestra mente se relaje y podamos ver con más claridad las posibles salidas.
Tomarnos unos 15 minutos para salir a caminar, tomar una ducha, conversar con algún familiar o amigo que nos transmita paz, tomar un té o simplemente ir al baño a lavarnos la cara puede ser suficiente para que comencemos a ver las cosas de otra manera.


LA RISA

Varios estudios científicos realizados han demostrado la efectividad de las terapias de risa para controlar el estrés. Incluso en casos de crisis hipertensiva la risa es una de las mejores maneras de calmar la ansiedad y regular la presión arterial.
Es tan fácil como buscar un programa de televisión que nos haga reír o provocarnos la risa haciendo caras graciosas frente a un espejo; lo importante es distraer la mente de aquello que nos perturba y conseguir la paz y el bienestar que necesitamos.



EL SEXO

Para muchas personas, el sexo es una actividad sumamente relajante. En la sociedad en la que vivimos se maneja un concepto bastante distorsionado sobre este tema, presentando lo malo como bueno y lo bueno como malo.
Dios inventó el sexo sabiendo que es bueno y sano para la vida de los seres humanos, pero la humanidad se ha encargado de convertirlo en un tema tabú, lleno de malicia.
En estos tiempos de cuarentena, en los cuales la ansiedad se incrementa en los hogares, es muy importante cuidar también de nuestra salud sexual.
Una buena relación de intimidad puede mejorar, en gran manera, la integración y comunicación en el matrimonio, aportando una excelente solución a los problemas de estrés y mejorando la convivencia familiar.


EL EJERCICIO

Hacer ejercicios es una de las mejores maneras de reducir el estrés cuando sentimos que estamos a punto de estallar. Así sea una simple caminata cerca de nuestro hogar
 o una rutina de ejercicios aeróbicos mientras escuchamos una música energizante el ejercicio físico reduce casi de inmediato los efectos perjudiciales del estrés en nuestro organismo.
Por otra parte, es preferible volverse loco de alegría que, por el estrés. Así que cuando nos encontremos molestos y acelerados por el encierro en esta cuarentena poner una buena música y comenzar a bailar puede cambiarlo todo y mejorar drásticamente nuestro estado anímico.


TOMAR ACCIÓN

Otra forma muy eficaz y sobre todo productiva de reducir el estrés es tomar acciones concretas para solucionar esa situación que tanto nos afecta.
Si la causa del estrés es el desorden de la casa la solución definitivamente es comenzar a ordenar y limpiar. Aunque el proceso sea largo, y en el momento nos parezca desagradable, ver el resultado final será muy motivador.
Por otra parte, si el motivo que nos estresa es el ruido de la música de los vecinos puede que la solución, por lo menos temporal, sea encerrarnos en la habitación e insonorizar lo más posible.
Para ello, debemos cerrar bien las puertas y ventanas, tapando los espacios por donde pudiera entrar el sonido. Luego, en la tranquilidad de nuestra alcoba, una grata compañía y una buena película podría hacer que olvidemos a los vecinos ruidosos.

por Carlos Sánchez Martínez