Tu gente
buena, tu blanca niebla,
y el verde intenso de tu belleza;
Sentir el frío de tus mañanas,
Ganar la
guerra estando en la cama,
Con un café
despertar hambriento,
Con el
sabor de aquel dulce aliento,
Con la emoción
del primer intento,
Amar sin
parar, sin remordimiento;
Desayunar
con una andinita,
Mirar tus tetas, ¡Tierra Bendita!
Calmada,
serena, tranquila y sensual;
Como aquel
deseo de un encuentro casual;
¡No sabes
que ganas tengo de volver,
de nuevo a
tu plaza…Y al cuartico aquél!
3 comentarios:
Hola Carlos. Hermoso texto literario de nuestro Niquitao . El Niquitao que todos amamos . felicitaciones Abrazos Rosa Perez
Muchas gracias Rosa!!! Dios te bendiga. Lo escribí con mucho amor para esa Tierra hermosa y toda su gente.
Excelente!!
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