Muchos siglos transcurrieron desde entonces,
Extraviado en el Nirvana, yo… en silencio;
Tan genial, sin tu talento conocerlo.
Con poder para vencer a los dragones.
Así andabas como un barco a la deriva,
Que sin luz de faro pierde pronto el norte;
Cansado, perdido, ignorando tus dones;
Con oro en tus manos y fuego en tus rimas.
Pero un día despertaste de tu sueño,
Y entendiste la razón del nacimiento;
Sabes bien, mi viejo amigo que no miento,
Reconozco tu grandeza en el espejo.
Eres aquel poeta que siempre supiste
Eres yo, navegando al puerto tan ansiado;
Eres lo que intentaron mantener callado,
Eres voz de cantor y el poema que hiciste.
Te he visto cantar, contar; cantor de la vida,
Tú quieres volar, valer, valor; que te sobra;
Un hada te ha despertado con su encanto
Yo…con mi canto.
La mentira ninguna,
La fuerte conexión,
Como un lobo y la luna,
Melodía y canción.
Ahora debes despertar a muchos seres,
Que también siguen dormidos, ignorando,
Que la fuerza de sus almas va brotando,
Como brotan en el campo los claveles.

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