Cada
vez que me despierto junto a ti,
Me
convenzo que soy un hombre mejor,
Siento
miles de canarios que al volar,
Dejan
una estela llena de color;
Una
luz entra y te alumbra frente a mí,
Es
difícil no admirar tu resplandor;
Entonces
nuevamente te descubro,
Esa
misma que he mirado en mi dolor,
Ardiente
como llama que no quema,
La
que da a toda mi vida su valor,
Sonriente,
cansada, desnuda y gentil,
Nunca
quise como a ti, mi gran amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario